martes, 25 de abril de 2017

   
                     
              Con la Identidad en juego

       Parece que la vieja disputa por liderar el proceso de (re)etnificación de los canarios ha vuelto a las trincheras, no podía ser de otra manera en los tiempos que corren. El descontento con las clases dirigentes, la angustia colectiva, la restitución o adjudicación de mayores cotas de poder a algunos colectivos, reavivan inevitablemente las ascuas de la construcción de una tradición propia. En esta ocasión, el detonante ha sido las declaraciones cruzadas entre los aspirantes a entrepeneurs étnicos. De entre ellas, sorprende especialmente leer algunas frases que quedarán para el recuerdo de Miguel Ángel Clavijo, si es que ocurrió como lo relata este medio:
                             […]El imperio se distingue del colonialismo y otras formas de expansión territorial porque avanza replicándose a sí mismo e integrando territorios y poblaciones[…] 
      Como si el imperialismo y el colonialismo no fueran compatibles. Si alguien cree que las ansias de expansión Imperialista de la vieja Gran Bretaña en Australia no fueron colonizadoras, es que no está mirando de la forma correcta. Me ha parecido entender además, que el señor Don Miguel Ángel Clavijo no cree que la integración forzosa de “poblaciones” en una sociedad réplica de la matriz, en las reglas y convenciones de la cultura dominante, etnocentrista y alterizante, concluya con la desaparición de la cultura absorbida, es decir, con eso a lo que se le llama, Etnocidio. Seguramente habré entendido mal. Además, continúa diciendo: 
                              […]esto es lo que ocurre en Canarias donde se integran las poblaciones autóctonas, de modo que los guanches y los canarios se integran en la nueva sociedad criolla y participan activamente en ella, incluso asumiendo cargos de responsabilidad[…] 
        Como si esa nueva sociedad “criolla” fuera realmente el resultado de la fusión e Interculturalidad entre ambas culturas, y participar activamente en ella, no implicara la renuncia implícita a sus envilecidas prácticas y el sometimiento a las reglas del conquistador. Esta vez me ha costado más culpar a mi incapacidad a la hora de entender, aunque sigue siendo mi primera opción.

        Otra de las intervenciones digna de comentar, es la realizada por Don Juan Hernández Bravo de Laguna en el mismo medio: 

http://diariodeavisos.elespanol.com/2017/04/genocidio-y-ciencia/ 
[…]lo que sucede en Canarias, con sus particulares variantes, es lo mismo que ocurre en todas las conquistas y colonizaciones europeas. Los conquistadores buscan derrotar militarmente a los indígenas, apoderarse del territorio y evangelizar en su religión a los derrotados. El el curso de ese proceso tiene lugar la destrucción, modificación o mezcla de la cultura derrotada, pero, en ningún caso, se busca exterminar a sus portadores y ni siquiera a su cultura, en lo que no se oponga a la religión[…] 
       Decir que con sus particulares variantes, en todas las conquistas y colonizaciones europeas los conquistadores buscan derrotar militarmente, apoderarse del territorio y evangelizar en su religión a los derrotados, es como decir que todos los chinos son iguales con alguna pequeña diferencia. me sorprende la banalidad con que aborda las inmensas diferencias en los procesos de colonización europeos. Puede que tenga razón cuando dice que no se buscaba exterminar a sus portadores y ni si quiera a su cultura, esto no lo sabremos nunca, pero lo aquí importante, no es si lo buscaban o no, sino si ocurrió, aunque fuera sin premeditación. No es tiempo ahora de juzgar culpabilidades sino de relatar los hechos, y que su cultura desapareció, es un hecho.   

        La burda simplificación realizada por los aludidos de un tema tan complejo, no puede más que restar coherencia a su discurso. En esta trifulca acaecida en los últimos días, me ha resultado mucho más coherente el discurso intelectual esgrimido por Don Juan Manuel García Ramos, pues evita hábilmente meterse en berenjenales innecesarios, aunque a veces me resulte a priori, un planteamiento con un cierto aroma a esencialismo cultural. He de confesar, que en este caso, achaco esta discrepancia a mi evidente inferioridad intelectual, pues Don Juan Manuel García Ramos ha demostrado en repetidas ocasiones, lo lejos que anda de los procesos de reificación mal intencionados, como ocurrió en el reciente intento de robo de Eucaliptos en San Diego.

      Sin duda, estas pasadas escaramuzas las ha ganado con solvencia Don Juan Manuel García Ramos, que ha sabido gestionar las lagunas, -y no me refiero al apellido de uno de los implicados- en el discurso intelectual de sus contrincantes. Pero claro, todo esto no es más que la opinión de un aprendiz poco objetivo.

Enrique Báez Torres 

domingo, 23 de abril de 2017

Acción y reacción. No es solo literatura.

Mi novela titulada Acción y reacción no es solo una obra de entretenimiento, es además, una profunda reflexión sobre el sistema en el que vivimos, y me refiero a occidente claro.
¿Somos dueños de nuestras acciones?
¿Somos felices en esta sociedad?
¿Podemos hacer algo para cambiarlo?
Tantas preguntas sin respuesta...