RECUÉRDAME QUE TE DIRÉ

Recuérdame que te diga que fui feliz

Que fui feliz desde la primera vez que te vi

Como un suspiro

Indetectable al pasar por ti

Recuérdame que te diga que te amé

Que te amé cada vez que te oí

Una palabra

Un leve susurro

Recuérdame que te diga que me reconforté

Que me reconforté con tu olor

Que me llenaba los pulmones

Me llenaba de ti

Recuérdame que te diga que te respeté

Que te respeté en todos los segundos de mi vida

Como solo se puede

Aun sin querer

Recuérdame que te diga que te adoré

Que te adoré hasta el menor de los detalles

Detalles de tu alma

Mi alma

Recuérdame que te diga que te deseé

Que te deseé cada vez que te miré

Tu cuerpo

Suave como la miel

Recuérdame que te diga que siempre te amaré

Que te amaré cuando ya no esté

Cuando ya no haya nada

Ni recuerdos

Recuérdame que lo haga antes de morir

Cuando llegue el momento

Recuérdame que no te lo diga antes

Porque solo de recordarlo

Podría morir.

De la obra poética Hiel y flores

Enrique Báez.